A pocos días de su detención, familiares y amigos de Hilda Natalia se manifestaron públicamente para exigir su liberación. Encabezados por su esposo, Miguel, denunciaron corrupción judicial, falta de pruebas y un proceso lleno de irregularidades.
Miguel Martínez alzó la voz este fin de semana. Junto a familiares y amigos de Hilda Natalia, su esposa, encabezó una manifestación pacífica para exigir justicia. Hilda, una joven camarista, está detenida desde el pasado viernes en el penal de Piedras Negras, acusada de un robo millonario sin pruebas claras en su contra.
La historia comenzó hace tres semanas, cuando un hombre denunció el supuesto robo de 1.5 millones de pesos ocurrido en un hotel. Aseguró que el dinero estaba en una maleta dentro de su camioneta y que notó su ausencia hasta llegar a su casa en Saltillo. La versión genera sospechas y muchas dudas.
“¿Quién deja millones de pesos en una camioneta y no lo reporta al hotel?”, cuestionó Miguel. Además, el denunciante tiene antecedentes por fraude, pero la fiscalía no dudó de su palabra. “No hay video del dinero, ni testigos, ni evidencia sólida. Solo una acusación, y con eso fue suficiente para arrestarla”, lamentó.
Natalia trabajaba como camarista en el hotel donde ocurrió el supuesto robo. Su familia asegura que conoce las reglas estrictas del lugar: los objetos grandes o sospechosos no pueden entrar ni salir sin revisión. “Ni siquiera los elevadores se usan libremente. Todo está vigilado. Es imposible ocultar una maleta con millones”, dijeron.
El único video presentado por la fiscalía apenas dura 32 segundos. En él se observa a Natalia entrando a la habitación durante un par de minutos. Según sus compañeros, eso es normal. “Siempre nos preguntamos si necesitamos ayuda antes de salir. No hay nada sospechoso en eso”, aclaró su cuñada, María Ester.
Pese a presentarse voluntariamente a declarar días después de la denuncia, Natalia fue detenida sin previo aviso. El pasado viernes fue interceptada por civiles en un vehículo sin placas. No le mostraron la orden de aprehensión hasta que su abogado intervino. Ese mismo día fue enviada a prisión.
“Todo pasó en un solo día. Sin pruebas, sin defensa real, sin tiempo para nada. Y encima le negaron el arraigo domiciliario que sí le dieron a otra señora en un caso diferente”, explicó Miguel. La familia acusa al juez Oscar Cadena de actuar con favoritismo y corrupción descarada.
Ya en el penal de Piedras Negras, Natalia ha sido víctima de amenazas y presiones para que se declare culpable. Le han dicho que la enviarán a las Islas Marías y que “ya se la llevó la chingada”. Su familia teme que esté siendo maltratada. Las visitas también han sido restringidas.
En la colonia Progreso, donde Natalia creció, la comunidad la respalda completamente. “Es una mujer honesta, madre trabajadora, no es una ladrona”, afirman vecinos. Miguel pidió que el caso sea llevado por un juez federal, fuera del ámbito local, para garantizar imparcialidad y evitar intereses ocultos.
La familia también exige que el denunciante pruebe la existencia y procedencia del dinero. “No hay facturas, no lo declaró ante el SAT, no lo reportó al hotel. ¿Cómo entonces pueden decir que fue robado?”, denunció Miguel. Lo único claro, aseguran, es que Hilda Natalia está siendo usada como chivo expiatorio.
“Mi esposa es inocente. No queremos privilegios, queremos justicia. Que se respete la ley como debe ser. Y que no se encarcele a nadie sin pruebas, por intereses de unos cuantos”, concluyó Miguel con voz firme. La lucha apenas comienza. Pero no se rendirán.
