La fundición opera con paro técnico y teme recortes ante la caída del mercado estadounidense
En la planta de Iron Cast de Frontera, cada jornada comienza con la incertidumbre de no saber cuánto tiempo más durará el empleo. La fundición, dedicada a producir blocs y cabezas para motores de camiones y tráilers, opera a un ritmo más lento que nunca por la baja en pedidos.
El director, Armando Garza, reconoce que apenas 16 personas siguen trabajando, gracias a un esfuerzo constante por mantener la plantilla. Sin embargo, la estrategia actual de paro técnico y jornadas reducidas podría extenderse solo dos meses más, antes de tener que tomar decisiones más duras.
La industria pesada, su sector principal, ha sufrido una disminución cercana al 30% en comparación con el año pasado. Estados Unidos, su principal mercado, ha frenado compras, arrastrando a la empresa a un escenario en el que los recortes de personal ya no son una amenaza lejana, sino una posibilidad real.
Pese al panorama, Garza asegura que la prioridad sigue siendo proteger a los empleados. “Queremos resistir lo más posible, pero dependemos de cómo se mueva el mercado en los próximos meses”, afirmó. En cada pasillo de la planta, esa esperanza se mezcla con un silencio cargado de preocupación.












