Paros y pagos reducidos obligan a familias a replantear su economía diaria
El anuncio llegó como un balde de agua fría: septiembre será un mes de incertidumbre para los trabajadores de Maxion Inmagusa. Los ajustes en las jornadas laborales, con paros parciales y pagos reducidos, obligarán a cientos de familias a apretarse el cinturón para enfrentar tiempos complicados.
El calendario oficial establece que los días 5, 6, 8, 9 y 20 de septiembre habrá paros con pagos de entre el 40 y 80 % según área. Mientras tanto, el personal administrativo podrá usar vacaciones y las áreas productivas, como Fabricaciones, seguirán trabajando para mantener las metas de producción.
Aunque el 13 de septiembre se pagará al 100 % y el 15 y 16 se tomarán como vacaciones y festivo, la noticia apenas ofrece alivio. “No alcanza para renta, escuela ni servicios”, expresó un empleado que pidió anonimato. Sus palabras reflejan la angustia que recorre toda la planta.
Recursos Humanos informó que vales de despensa serán cubiertos en su totalidad y bonos de asistencia y productividad serán proporcionales. Sin embargo, sectores como Soporte y Largueros sufrirán más el golpe, pues la reducción salarial representa un reto económico para quienes dependen de cada jornada laboral.
La medida, tomada junto al sindicato, exhibe cómo las decisiones corporativas repercuten en la estabilidad de los hogares. Fuera de la planta, la tensión crece: madres y padres hacen cuentas, planean gastos y priorizan necesidades básicas ante la amenaza de que el dinero no alcance para todo.
Maxion ha pedido comprensión a su plantilla, pero el mensaje no disipa la preocupación. Septiembre se perfila como un mes de sacrificios y ajustes drásticos, donde cada peso ganado representará el esfuerzo de familias que, además de producir, luchan por sostenerse en medio de la incertidumbre laboral.












