Una investigación de la FGR revela cómo Hernán Bermúdez, exsecretario de Seguridad, fundó una red criminal mientras ocupaba un alto cargo público. Las autoridades acusan al exfuncionario de liderar secuestros, venta de droga y robo de combustible.
En diciembre de 2018, mientras Adán Augusto López tomaba protesta como gobernador de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena daba vida a una organización criminal. Conocido como El Abuelo o El Munrra, el entonces funcionario creó un grupo llamado inicialmente Pelón de Playa, que luego se transformó en La Barredora.
Según una carpeta de investigación de la FGR, desde su posición en la policía estatal, Bermúdez daba órdenes directas para coordinar la venta de drogas y el robo de hidrocarburos. Utilizaba patrullas oficiales para custodiar pipas cargadas con combustible robado. Todo sucedía mientras era titular de Seguridad en el estado.
Una persona protegida por las autoridades, identificada como C.T.D.R., declaró que cada lunes entregaban grandes cantidades de dinero a Bermúdez. Ese dinero venía de la venta de cocaína, marihuana y cristal. También del huachicol que vendían a través de una gasolinería llamada Paragas, bajo amenazas.
En mayo de 2019, el grupo secuestró a un empresario que se negó a seguir vendiendo huachicol. Este fue uno de varios casos en los que La Barredora recurrió a la violencia para mantener su control. Su base operativa estaba en Villahermosa, en una avenida donde mantenían oficinas móviles y también a personas privadas de su libertad.
Durante su tiempo en el poder, Bermúdez no actuó solo. José del Carmen Castillo Ramírez, alias La Rana, también funcionario público, ayudaba a mover patrullas y policías para custodiar las actividades del grupo. Asistía a reuniones en las que se planeaban acciones criminales junto a otros miembros de la organización.
Uno de los encargados de coordinar a las células delictivas era Daniel Hernández Montejo, alias Prada. Él recibía el poder para controlar zonas de distribución de droga en municipios como Cárdenas, Nacajuca y Centla. También era quien ponía jefes para coordinar el robo de hidrocarburos en esas zonas.
Quienes se oponían a La Barredora eran secuestrados o desaparecidos. Varios testigos aseguran que Prada era el que daba la orden de los levantones. Estas acciones no solo iban dirigidas a rivales, sino también a quienes se negaban a colaborar con la organización.
Otros nombres mencionados en la investigación son Savier Eduardo Vázquez Orellana y Manuel de Atocha Romero Hernández. Ambos acudían a reuniones donde se dividían las zonas para vender droga. Atocha estaba a cargo del cobro de piso en casinos, salvo uno que pertenecía al hermano de Bermúdez.
Vázquez Orellana se encargaba del tráfico de migrantes, conocidos como “pollos”. Él recibía las órdenes para mover a personas indocumentadas que cruzaban por Tabasco con destino a Estados Unidos. Esta actividad era una más dentro del amplio portafolio criminal del grupo.
El pasado miércoles 17 de septiembre, un juez federal giró la orden de aprehensión contra Hernán Bermúdez por delincuencia organizada, secuestro, tráfico de armas, y delitos relacionados con drogas y combustibles. Hasta el momento, no se ha definido la fecha para su audiencia inicial.












