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Exportación de ganado paralizada deja pérdidas millonarias al campo mexicano

Productores enfrentan crisis por cierre parcial de la frontera con EE.UU. y brote del gusano barrenador

La exportación de ganado mexicano hacia Estados Unidos atraviesa una de sus peores crisis. Según el Consejo Nacional Agropecuario, más de 650 mil cabezas no han podido cruzar la frontera, lo que ha representado pérdidas de al menos 1,300 millones de dólares este año.

El cierre parcial de la frontera fue una decisión del gobierno estadounidense tras la aparición del gusano barrenador, una plaga detectada en el sur de México hace casi un año. Sin embargo, en el norte —donde se concentra el ganado de exportación— no se ha encontrado rastro alguno del parásito.

Luis Fernando Haro, director del CNA, calificó como injusta la medida. Explicó que los estados exportadores no están en riesgo sanitario, pero siguen enfrentando bloqueos que impiden mover el ganado. Mientras tanto, los animales se acumulan en corrales sin posibilidad de salida al mercado internacional.

El precio de cada becerro destinado a exportación ha alcanzado niveles históricos: de 1,250 a 2,000 dólares por cabeza en solo un año. Sin embargo, esa ganancia potencial no se ha concretado. Sin acceso al mercado estadounidense, los productores se ven obligados a vender en México, donde los precios son mucho más bajos.

A pesar de que parte del ganado ha sido reubicado en el mercado nacional, las condiciones de venta no son comparables. Las razas destinadas a Estados Unidos son de engorda y alto valor genético, no están pensadas para el consumo interno. Esa diferencia ha sido un golpe adicional para el productor.

Además de las pérdidas económicas, la falta de salida comercial ha frenado la rotación del hato ganadero, afectando la planeación a largo plazo en las unidades de producción. Haro también recordó que el hato nacional viene de años de reducción, lo que complica aún más la recuperación del sector.

Desde el otro lado de la frontera también hay impactos. Engordadores estadounidenses enfrentan escasez de ganado mexicano, lo que ha provocado un aumento en los precios de la carne para el consumidor. A pesar de eso, las restricciones siguen activas sin fecha clara de reapertura.

El CNA considera que hay un trasfondo político en esta decisión. Se señala que la secretaria del Departamento de Agricultura de EE.UU., Brooke Rollins, busca posicionarse como candidata en Texas, y un brote en esa región podría dañar su imagen frente a los ganaderos locales.

Mientras tanto, el cruce ilegal de ganado desde Centroamérica sigue sin control. Animales que no pasan por revisiones ni protocolos sanitarios terminan circulando libremente, a diferencia del ganado mexicano que cumple con todos los requisitos, pero se mantiene detenido por una decisión externa.

La reapertura total de la frontera no tiene fecha prevista. Aunque las autoridades mexicanas han reducido el número de casos del gusano barrenador en el sur, aún no hay garantías para reanudar el comercio. El CNA insiste en que cada mes de cierre representa más pérdidas para un sector ya debilitado.

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