En medio del proceso de quiebra de AHMSA, los trabajadores se niegan a permitir la salida de equipo solicitado por Caterpillar, temiendo un nuevo fraude como los vividos en el pasado.
La desconfianza pesa más que cualquier documento. Los trabajadores de AHMSA decidieron impedir que la empresa Caterpillar retire equipo que asegura como propio. Alegan que no permitirán la salida de nada hasta que se concrete la venta de la siderúrgica y se les pague lo que se les debe legal y moralmente.
Han pasado por demasiados engaños. Recuerdan con coraje a Alonso Ancira, a quien llaman “el rey de los fraudes”. Por eso, aunque no afirman que el equipo sea suyo, aseguran que no dejarán salir ni una sola góndola hasta que termine el proceso de quiebra y se emitan las convocatorias para la venta.
La postura fue refrendada en tres reuniones previas y una más el 6 de agosto. Aunque saben que es arriesgado, aseguran que ya no tienen nada que perder. Su prioridad es defender lo poco que queda, incluso si eso implica enfrentarse a decisiones judiciales o a presiones externas.
La directiva obrera viajó a la Ciudad de México. Querían respuestas claras de la jueza encargada del concurso mercantil. Ella los recibió, escuchó sus inquietudes y les explicó que el avalúo de la empresa aún no está listo, y que hasta entonces no podrán abrirse las convocatorias de compra.
Durante la reunión, los obreros señalaron que el síndico ha causado retrasos con listas rechazadas en varias ocasiones. La jueza reconoció la situación y fue honesta: aunque hay rumores de compradores, hasta hoy, nadie ha hecho una oferta formal ni ha acudido a su despacho para negociar.
Los trabajadores entregaron sus exigencias por escrito. Buscan dejar constancia de que su lucha no es por capricho, sino por justicia. Quieren asegurar que cuando llegue el momento de vender la empresa, no se les excluya ni se repita la historia de despojos disfrazados de procesos legales.
Para ellos, esta es su última batalla. No permitirán que la historia se repita ni que alguien más se aproveche de su silencio. Mientras tanto, seguirán en pie, con la consigna clara: “No sale nada, hasta que se nos pague todo lo que se nos debe”.
